Bienvenidos a otra nueva entrada. Hoy os traigo los llamados Misterios Acogedores o también conocidos como «cozies».
Es un subgénero de la ficción criminal en la que el sexo y la violencia ocurre fuera de escena, es decir, que se menciona pero no se ve. El detective suele ser alguien aficionado y el crimen tiene lugar en una pequeña comunidad. Los cozies contrastan con el Hard Boiled (ficción dura) donde ya comenté en otra entrada, que la violencia y el sexo explícito son centrales en la trama.
En estas historias, los detectives a menudo son mujeres. Son personajes bien educados, intuitivos, observadores y suelen tener trabajos que les ponen en contacto con otro residente de su comunidad, al igual que entran en contacto con la policía que les da acceso a información del caso. Los asesinos en los cozies no suelen ser psicópatas ni asesinos en serie y una vez desenmascarados, son detenidos sin violencia. Son miembros de la comunidad donde ocurre el asesinato y sus motivos son codicia, celos, dinero, venganza…
Suele tener sus raíces en eventos de hace años, ya saben, tú me hiciste, yo te hago. En este tipo de novelas no se emplea el lenguaje vulgar del Hard Boiled. Los asesinatos suelen ser por envenenamiento o por caídas desde grandes alturas y rara vez se usa las heridas del cadáver como pista. Usa la fórmula del Whodunit (quién lo hizo)
A mí personalmente me gusta esta clase y más si son escritos por la reina del misterio. Son una clase de misterios que hacen pensar a tu cerebro.
Os dejo varios libros de la reina, Agatha Christie, para que le echéis un vistazo y cuando veas esta clase de misterio en el cine o la literatura, acuérdate que AJ Raven te lo explicó.
Se anuncia un asesinato

Un aviso aparece en el periódico de Chipping Cleghorn: «Se anuncia un asesinato que tendrá lugar el viernes 29 de octubre en Little Paddocks, a las 6.30 pm. Los amigos aceptan esto, la única insinuación». Esto sorprende a Letitia Blacklock, dueña de Little Paddocks; sin embargo, ella lo toma con calma y se prepara para los invitados esa noche. Los aldeanos están intrigados por el aviso, y varios de ellos aparecen con razones incómodas pero un interés definido. Cuando el reloj marca las 6.30, las luces se apagan y una puerta se abre, revelando a un hombre con una antorcha cegadora que exige a los invitados «¡Quédense!» La mayoría lo hace, creyendo que es parte de un juego, pero el juego termina cuando se disparan disparos en la habitación. Cuando se encienden las luces, la oreja de la señorita Blacklock está sangrando por una bala que roza su lóbulo de la oreja, y el pistolero está muerto en el suelo. Dora Bunner («Bunny») reconoce al pistolero como Rudi Scherz, un extranjero que trabaja como recepcionista en un hotel local y le pidió dinero a Letitia hace unos días.
Muerte en la vicaría

LA PRIMERA NOVELA EN LA QUE APARECE MISS MARPLE
El cuerpo sin vida del coronel retirado Lucius Protheroe aparece en el despacho del vicario de St. Mary Mead, un pequeño y tranquilo pueblo de la campiña inglesa. La esposa de Lucius y su joven amante confiesan el asesinato. Sin embargo, su vecina, Miss Marple, una anciana con un profundo conocimiento de la naturaleza humana y una agudísima intuición, descarta inmediatamente su culpabilidad. La hija adolescente del coronel, el neurótico ayudante del vicario, el doctor del pueblo, un exconvicto encarcelado por el coronel y la enigmática viuda de un explorador forman la larga lista de sospechosos a los que Miss Marple investigará para dar con el culpable.
Un cadáver en la biblioteca

Son las siete de la mañana. Los Banty se despiertan con una desagradable sorpresa: el cuerpo inerte de una joven mujer desconocida en su biblioteca. Lleva un vestido de noche y bastante maquillaje, que ahora embadurna sus mejillas.
Pero, ¿quién es ella? ¿Cómo llegó allí? ¿Y cuál es la conexión con otra chica muerta, cuyos restos carbonizados más tarde se descubrió en una cantera abandonada? Los respetables Banty invitan a Miss, Marple, amiga de la señora Banty, a resolver el misterio con su increíble intuición antes de que las malas lenguas empiecen a trabajar.