Todos conocemos el papel de detective, poli o lo que sea, yo mismo os voy exponiendo muchos de ellos y hemos «visto» su vida a través de cada página pero, ¿has visto la vida a través de los ojos de un asesino? Por eso te traigo cinco novelas para que te quites el sombrero de detective y cojas el cuchillo de un criminal. También quiero recordarte que te unas a mi lista de lectores negros, tendrás un regalazo.
El sicario

Sinopsis
Keller es un asesino: profesional, frío, seguro de sí mismo, competente y fiable. Sin embargo, también es una persona compleja: cauteloso y solitario, sin piedad alguna, es eficiente y distante, es propenso a la soledad y a dudar de sí mismo, a tener pesadillas y a preocuparse por su carrera profesional. Su terapeuta cree que su trabajo consiste en resolver problemas empresariales, pero Keller es un asesino a sueldo. Lleva la vida de un empresario solitario bien pagado que viaja con frecuencia; acostumbrado a las impersonales habitaciones de hotel, a recorrer tramos inhóspitos de autopistas en coches de alquiler y a comer en lugares anónimos. Y, aunque es neoyorquino de nacimiento, fantasea sobre la buena vida en el campo y en cada lugar que visita sueña con empezar una vida, con una nueva casa, lejos de las presiones y de las complicaciones morales que su línea de trabajo implican.
Keller
John Paul Keller es un asesino a sueldo. Su padre era un soldado que murió cuando él era un bebé, o al menos eso fue lo que le contó su madre.
Vive en la novena planta del 865 de la 1ª Avenida en Nueva York, entre las calles 48 y 49, en un edificio Art Decó situado enfrente de las Naciones Unidas.
No fuma, no lee mucho, le gusta ver películas en televisión, su actor favorito es Jack Elam. No tiene hobbies hasta que recupera la afición a los sellos que tuvo de pequeño. Fantasea con vivir en otra ciudad.
Tiene buena planta. No se le dan mal las mujeres aunque le cuesta mantener relaciones largas. Viaja por todo Estados Unidos utilizando nombres ficticios y documentos falsificados y eliminando personas por encargo. Su jefe es el «Viejo», vive en Tauton Place en White Plains con su secretaria es Dot.

Lawrence Block nació en Búfalo (Nueva York) en 1938. Estudió en el Antioch College de Ohio, pero no terminó su carrera. Comenzó escribiendo relatos en colaboración con Donald E. Westlake en revistas de crímenes y porno. Publicó su primera relato en solitario «You Can’t Lose» en 1957 y desde entonces ha escrito innumerables relatos y novelas con su propio nombre y los seudónimos Willian Ard, Jill Emerson, Chip Harrison, Paul Kavanagh, Sheldon Lord (con Donald E. Westlake), Andrew Shaw, B.L. Lawrence. También ha escrito guiones para películas como My Blueberry Nights, 2007 y series de televisión.
Los cuatro hombres justos

Sinopsis:
A sir Philip Ramon le tiene sin cuidado la carta firmada por cuatro hombres que se autoproclaman «justos». El ministro de Relaciones Exteriores no dará el brazo a torcer en la presentación del proyecto de ley que regula la extradición de extranjeros.
Toda la policía de Londres está al acecho, las medidas de seguridad son máximas, el ministro se encierra en una habitación inexpugnable.
Aun así, un extraño dispositivo y un flash de magnesio –que bien pudo ser nitroglicerina– dejan desconcertada a Scotland Yard.
Ni siquiera la perspicaz prensa británica puede encontrar una pista que lleve a Manfred, Gonsalez, Pioccart y Thery, los cuatro hombres justos.
Edgar Wallace dejó este misterio sin solución y prometió una recompensa a los lectores que la encontraran.
El desafío sigue en pie.
Los cuatro hombres justos
Son cuatro personas con bastante dinero que dedican su vida a castigar a aquellos que escapan entre los dedos escurridizos de la ley. Matan haciendo «gala» de la justicia a hombres injustos que oprimen a sus semejantes.
George Manfred ojos grises, usa monóculo. Al principio de la serie tiene una pequeña barba gris que afeita más tarde.
Raymond Poiccart, francés, saturnino y suspicaz. Es experto en patología criminal y gran estratega, Scotland Yard le consulta problemas.
León González, español. Ojos azul claro, delgado. Manos inquietas. Paciente. Estudioso de la naturaleza humana, está especializado en estudios antropomórficos y tipología criminal. Habla alemán. Soltero, sabe que su misión hace casi imposible el matrimonio.
Hay un cuarto que no lo voy a revelar, sería spoiler.

Richard Horatio Edgar Wallace nació en Greenwich en 1875. Hijo de actores, creció como el hijo adoptivo en la familia de un pescadero. Dejó la escuela a los 12 años y desempeñó varios trabajos, como vendedor de periódicos, antes de alistarse en el ejército con 18 años. En 1899 abandonó el ejército y comenzó a trabajar como corresponsal para Reuters y el London Daily Mail. Pero un reportaje sobre Horatio Herbert Kitchnerer hizo que le expulsaran. A partir de 1902 trabajó como editor del Rand Daily Mail en Johanesburgo. Durante la guerra ruso-japonesa fue enviado por el periódico a Vigo, donde los rusos habían abierto fuego contra la flota pesquera británica al confundirla con la marina japonesa. Allí conoció las actividades de los espías rusos y británicos en las cosas de España y Portugal.
Los fantasmas de Belfast

Sinopsis:
Gerry Fegan es un borracho que intenta ahogar en whisky la visión de las doce personas a las que asesinó como pistolero del IRA. Hasta que uno de esos espectros le revela el porqué de su presencia y el político republicano Michael McKenna acaba con una bala en la cabeza. Gerry se había prometido no volver a matar. Pero eliminar a sus antiguos compañeros parece ser el único camino para que los fantasmas lo dejen tranquilo. Desgraciadamente, el Gobierno británico no ve con buenos ojos que la sangre vuelva a correr por tierras norirlandesas. Y el agente secreto David Campbell emprenderá una caza del hombre que de paso le permita saldar viejas rencillas. Con la crudeza de James Ellroy y el trasfondo social de Henning Mankell, Los fantasmas de Belfast representa una experiencia vibrante que no dejará a nadie impertérrito: leerla es como seguir un proyectil cuyo destino y víctimas ignoramos por completo.
Jack Lennon y Gerry Fegan
Gerry es un ex terrorista en Irlanda del Norte.
Su padre, un carpintero alcohólico, murió cuando tenía nueve años. Su madre odiaba lo que hacía y se avergonzaba de él, echándole de casa. Asesinó a doce personas mientras formaba parte del IRA. Ingresó en prisión con veintiséis años y salió con treinta y ocho gracias a una amnistía para «presos políticos».
Han pasado siete años y Fegan tiene cuarenta y cinco años y un falso empleo en el proyecto comunitario del ayuntamiento, una «recompensa» del partido a los que se pringaron por él.
Alto y delgado, apenas sabe leer, pasa sus días bebiendo y arreglando guitarras, un oficio que aprendió en la cárcel.
Cuerpo delgado y fuerte. A las mujeres les gusta su lado peligroso. No conoce el miedo, no teme a los vivos, sólo a los muertos.
Jack es inspector de la Real Policía del Ultser.
De familia católica. Su padre les abandonó cuando eran pequeños. Diplomado en psicología. Su hermano Liam fue asesinado hace dieciséis años. Se hizo policía hace quince pensando que no podía defenderlos una fuerza del orden formada exclusivamente por protestantes. Su decisión hizo que su familia le retirara la palabra. Trabajó en la Unidad de Crimen Organizado y luego en Delitos Graves.
Tiene treinta y seis años. Pelo rubio oscuro, grande y en buena forma. Vive por encima de sus posibilidades: conduce un Audi A4, viste trajes caros… Aparentemente encantador, él sabe que es un bastardo. Abandonó a su mujer hace seis años, cuando estaba embarazada de su hija.

Stuart Neville nació en Irlanda del Norte en 1972. Ha sido músico, compositor, profesor, vendedor, extra de películas, panadero… Actualmente es propietario de una empresa de diseño web.
Delitos a largo plazo

Sinopsis:
Londres en los años 60. Música pop, drogas, crimen y libertad sexual. Este es el escenario de la vida de Harry Stark, gángster maniaco depresivo, amante del buen comer, de los trajes hechos a medida y de un buen número de jovencitos serviles. Nadie que conozca a Stark se puede mantener indiferente al aura de violencia contenida que parece impregnar todo lo que hace. No pudo, al menos, ninguno de los cinco personajes que desgranarán su vida. Esta novela es la primera parte de una aclamada trilogía, que se completa con Canciones de sangre y Crímenes de película.
Harry Stark
Harry es un gánster en Londres en los años 60.
Vivió en Tánger. En los años 50, pasó una temporada en la cárcel.
Cabello negro y engominado, peinado hacia atrás. Cejijunto. Rostro curtido y algo castigado. No es guapo pero es apuesto de forma un tanto brutal, una cicatriz surca su mejilla. Sombrío y corpulento. Incómodo y torpe, intimidado por su propia fuerza. Es homosexual.
Construye una historia de éxito mediante su inteligencia, el chantaje y la violencia. Se viste en varias tiendas llamadas Kilgour French and Stanbury, en Savile Row. Usa trajes de lana gris marengo o de rayas azul oscuro, nudo de corbata muy ajustado. Vive en un lujoso piso en Chelsea. Es propietario del club Stardust en el Soho. Le gustan los restaurantes elegantes, el hipódromo, la ópera, los discursos de Churchill y Judy Garland.
Le apodan «Loco Harry» quizás porque fue diagnosticado como maniaco depresivo, quizás por su increíble capacidad para la violencia. Sufre periodos de increíble oscuridad.

Jake Arnott nació Buckinghamshire, Inglaterra en 1961. Estudió en la Aylesbury Grammar School, dejó la escuela con 16 años. Fue modelo de artistas, intérprete de signos, actor (fue momia en The Mummy), asistente de un agente teatral, ayudante de la morgue del University College Hospital.
Durante los 80 vivió en varios squats en Londres. Casi muere al quemarse un edificio abandonado en el que vivía como okupa. En 1989 se trasladó a Leeds para trabajar en Red Ladder, una compañía de teatro radical. Tras una gira nacional comenzó a escribir manteniéndose con un trabajo parcial en los servicios sociales de Leeds.
Gente letal

Sinopsis:
Primera entrega de la serie «Donovan Creed» del esperado autor que por fin desembarca en España.
John Locke ha logrado vender más de un millón de ebooks en Amazon de manera independiente. Un caso sin precedentes que ha revolucionado el mercado internacional del libro y ha generado espectaculares ventas de derechos en infinidad de países. Las legiones de lectores de John Locke insisten en que sus thrillers, protagonizados por Donovan Creed, un carismático ex agente de la CIA y asesino a tiempo parcial, son adictivos y desternillantes. No en vano el mundo entero se rinde al genio de un héroe que ha llegado para quedarse. En Gente letal, primera entrega de la serie, Donovan Creed se ve inmerso en un hilarante choque de intereses con un conocido mafioso, y en el camino acaba convocando a un peculiar elenco de personajes, incluidos un gigante y unos enanos que pretenden conquistar el mundo.
Donovan Creed
Donovan trabajó doce años para la CIA asesinando terroristas. Ahora es agente del Departamento de Seguridad Nacional y complementa su salario trabajando como asesino profesional para mafiosos. También prueba armas y métodos de tortura para el ejército.
Su equipo está formado por Augustus Quinn, un gigante de rostro deformado y Callie, una rubia muy atractiva.
Guapo, con ojos verdes, tiene una cicatriz en la mejilla que le llega hasta la mitad del cuello. Divorciado de Janet hace tres años, tiene una hija Kimberly. Duerme en una celda o en desvanes de desconocidos. Tiene su corazoncito, pero es muy pequeño:
«Los niños me tocan la fibra sensible y pocas veces me parece necesario matarlos».
Bebe bourbon, Pappy Van Winkle de 20 años o Marker’s Mark.

John P. Locke nació en San Juan, Puerto Rico en 1961. Cuando tenía dos años su padre, un militar canadiense, murió un accidente de coche. Su madre trasladó a la familia a Massachussets y más tarde a Luisiana, donde trabajó como profesora. Estudió filología inglesa en la Northwestern State University en Natchitoches, Luisiana, pero no terminó la carrera.
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