Domingo Villar

Ayer fue un día triste. Como todos sabréis, ha muerto Domingo Villar. No pude escribir esta entrada debido a que tuve lío pero hoy, quiero rendirle homenaje no a un grande como escritor, si no a una gran persona. Lo conocía en la librería cuando fue a dar una charla. He de decir, que fue bastante amable no como algún que otro escritor que te mira con mala cara, como si te perdonara la vida porque eres un escritor novato, que se creen superiores a ti porque tienes miles de lectores. Debajo de esa cara de buena persona que tenía Domingo se escondía eso, una buena persona. Hoy no pondré al final la entrada nada relacionado con mi libro o las redes sociales. Esta entrada es solo para él.

Mantengamos su obra viva.

Hasta siempre.

Leo Caldas

Leo es inspector de policía en Vigo. También es locutor del programa «Patrulla en las ondas», que le ha convertido en un personaje conocido en la ciudad y alrededores. Fumador, amante de la buena comida y el buen vino. Melancólico, reflexivo y directo, se enfrenta a la investigación como a un puzzle que tiene que resolver, se involucra totalmente en los casos y su vida personal se resiente a causa de ello.

Huérfano de madre desde pequeño, su padre es un bodeguero que con su propio esfuerzo levantó una bodega de la nada y la sigue cuidando con cariño, tiene un perro que no es suyo y escribe un cuaderno de idiotas.

La sombra de su ex-pareja, Alba, sobrevuela las novelas.

El agente Rafael Estévez es su ayudante. Natural de Zaragoza y trasladado a Vigo unos meses atrás, no sólo se le hacen cuesta arriba las pendientes de la ciudad y el clima. La ambigüedad del carácter gallego le hace perder los estribos constantemente. Es tremendamente irascible y en ocasiones violento.

Ojos de agua

Sinopsis:

Entre el aroma del mar y de los pinos gallegos, en una torre residencial junto a la playa, un joven saxofonista de ojos claros, Luis Reigosa, ha aparecido asesinado con una crueldad que apunta a un crimen pasional. Sin embargo, el músico muerto no mantiene una relación estable y la casa, limpia de huellas, no muestra más que partituras ordenadas en los estantes y saxofones colgados en las paredes. Leo Caldas, un solitario y melancólico inspector de policía que compagina su trabajo en comisaría con un consultorio radiofónico, se hará cargo de una investigación que le llevará de la bruma del anochecer al humo de las tabernas y los clubes de jazz.

La playa de los ahogados

Sinopsis:

Una mañana, el cadáver de un marinero es arrastrado por la marea hasta la orilla de una playa gallega. Si no tuviese las manos atadas, Justo Castelo sería otro de los hijos del mar que encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Sin testigos ni rastro de la embarcación del fallecido, el lacónico inspector Leo Caldas se sumerge en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando se deciden a hablar, apuntan en una dirección demasiado insólita. Un asunto brumoso para Caldas, que atraviesa días difíciles: el único hermano de su padre está gravemente enfermo y su colaboración radiofónica en Onda Vigo se está volviendo insoportable. Tampoco facilita las cosas el carácter impulsivo de Rafael Estévez, su ayudante aragonés, que no acaba de adaptarse a la forma de ser del inspector.

El último barco

Sinopsis:

La hija del doctor Andrade vive en una casa pintada de azul, en un lugar donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra orilla. Allí las mariscadoras rastrillan la arena, los marineros lanzan sus aparejos al agua y quienes van a trabajar a la ciudad esperan en el muelle la llegada del barco que cruza cada media hora la ría de Vigo.
Una mañana de otoño, mientras la costa gallega se recupera de los estragos de un temporal, el inspector Caldas recibe la visita de un hombre alarmado por la ausencia de su hija, que no se presentó a una comida familiar el fin de semana ni acudió el lunes a impartir su clase de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios.
Y aunque nada parezca haber alterado la casa ni la vida de Mónica Andrade, Leo Caldas pronto comprobará que, en la vida como en el mar, la más apacible de las superficies puede ocultar un fondo oscuro de devastadoras corrientes.
«Domingo Villar aparece vinculado a uno de los fenómenos editoriales más destacados de estos últimos años… Pero ¿cuál es su secreto? Sin duda la creación de un mundo propio dentro de la novela negra; un mundo con su tiempo y espacio determinados, laberintos y misterios, que provoca en el lector que lo descubre el placer por habitarlo. Es como degustar el aroma de un vino nuevo fermentado en la bodega de la mejor literatura de intriga».
El País

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